La octava entrega de la saga Rápido y Furioso ha logrado recaudar mas de los 100 millones de dólares, sin embargo no logra desbancar en la semana de estreno a su antecesora, aunque la cifra es nada despreciable, siendo Rápido y Furioso una de las franquicias con mas éxito de los últimos años, tomando en consideración que hace alusión a uno de los eventos ilegales que ha tomado mayor fuerza no solo en los Estados Unidos, si no alrededor del mundo “las carreras o arrancones”; esta última entrega de la franquicia continua con la línea de las anteriores, siendo el principal motivo de mantener al espectador el sonido de los poderosos motores al encenderse o acelerar, los impactantes vehículos y lo costosos de la mayoría de ellos, siendo esto un deleite para los amantes de la velocidad.
Aunque en esta ocasión genera expectativa el papel de uno de los protagonistas Dominic Toretto, quien aparentemente traiciona a su grupo o a su familia pero por una razón mas fuerte de lo que se imaginan, a final de cuentas vuelve a repetirse una historia de amor, pero con millones de dólares de por medio y decenas de coches de alto impacto, con nuevas alianzas entre viejos enemigos, teniendo como escenarios una cálida Cuba divertida y sin preocupaciones, así como, una helada persecución con un submarino de por medio, una buena opción si lo que te gusta es la acción exagerada.
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