“Roma es una cinta llena de emociones, es atrapante, es cruda, es real”.
Alfonso Cuarón es uno de los directores más influyentes de la década, con obras maestras en su haber como Niños del Hombre (2006) y Gravedad (2013), la cual le dio su merecidísimo Oscar. Sin embargo, el director dejó los grandes sets para concentrarse en una historia personal que en sus palabras “siempre soñó contar”.
Roma vive de las memorias de la infancia del director, quien plasma a la perfección sus recuerdos de un México en los primeros años de la década de los 70’s. Así es como a través de la vida de Cleo (Yalitza Aparicio), una joven empleada doméstica de una familia de clase media en la colonia Roma de la Ciudad de México. Cuarón escribe una carta de amor a las mujeres que lo criaron y pinta un retrato vívido y emotivo tanto de la lucha diaria de las familias como de las jerarquías sociales durante una época con grandes turbulencias políticas.
Desde los créditos iniciales, podemos ver la intención de Cuarón de retratar una historia apegada a la cotidianidad y la rutina, siguiendo a Cleo en sus actividades diarias, encontrando belleza en los detalles más simples, en donde cada encuadre, cada toma, cada movimiento de cámara, armonizan para brindar un impecable discurso visual.
Yalitza Aparicio la actriz de origen Oaxaqueño, es la encargada de guiarnos por este viaje y lo hace de una manera natural y entrañable, y junto a una fuerte Marina de Tavira, nos brindan momentos de gran reflexión, sobre la dinámica entre empleado y patrón, pero también nos hablan de la fragilidad emocional de dos mujeres en situaciones complicadas, y como ellas deben salir adelante, en una época donde estaban muy presentes la desigualdad, la discriminación y la presión social.
Los ecos de una época violenta, si bien la cinta nunca se desvía de nuestra protagonista, podemos ver a su alrededor sucesos que evocan la memoria colectiva de una época complicada, en donde el miedo, la violencia y el desamparo se apoderaron de México. sin embargo, Cuarón maneja con gran destreza y sutileza estos temas, enalteciendo la humanidad y no perdiendo el verdadero enfoque de la película, que es mostrar la vida y el trabajo de las trabajadoras domésticas, adentrándonos en sus luchas, miedos y sentimientos, brindándoles una voz que por lo general nunca han tenido.
Uno de los mayores aciertos es el elenco, pues Cuarón fue sumamente dedicado, a la hora de escoger a los actores que darían vida a la historia. Es así como tenemos un impecable trabajo coral, en donde si bien, nuestra protagonista es el hilo conductor de la historia, los niños y el resto de los personajes brindan vida y fuerza a la cinta.
Algo sobresaliente es que tanto Yalitza como los niños, son actores debutantes, lo que no solo nos habla de la gran labor de Cuarón, si no de que en México tenemos mucho talento, que merece más oportunidades.
La producción de la película es impecable, siendo la fotografía y estética un elemento clave en la narración de la historia, pues logran transmitirnos visualmente lo que las palabras no alcanzan a expresar, y junto al soundtrack, nos transportan cómodamente a la época representada, mostrándonos el pasado a las nuevas generaciones y llenando de nostalgia y emoción a las personas que formaron parte de él.
Roma no es una cinta para todos, y para muestra basta con ver algunos comentarios que la tachan de clasista y sobre valorada, pero hay que entender que Roma no busca llenar de fantasías la realidad, si no ser un retrato honesto de la humanidad.
En conclusión, puedo decir que Roma es una cinta llena de emociones, es atrapante, honesta, cruda, es un claro ejemplo de la grandeza que el cine mexicano nos puede dar.
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